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viernes, 26 de marzo de 2010

Miedito - Granizo



Hola Amiguitos!



¿Sabeis qué me paso antes de ayer?



Pues nada, fui a buscar a Sofía al cole y de ahí a Irene y después nos fuimos al parque. El cielo estaba un tanto oscuro pero no se estaba mal. Hubo un momento que cayeron 4 gotas y después paró, así que nosotras continuamos jugando en el parque (sí, las 3, jejeje)



Total, que en un momento determinado empezó a tronar a lo lejos, pero por si acaso decidimos recoger el chiringuito. Total, que monté a Irene en el carro y Sofía se encaramó detrás del carro como suele hacer para no ir andando…



Cuando nos habíamos alejado unos 100 metros del parque empezó a llover, al principio flojito, después empezó a caer con un poco de mala leche. Puse corriendo la capota de agua de Irene y a Sofía la tapé con la capucha de su abrigo. Hacía aire y prefería no tener que utilizar el paraguas para poder controlar mejor el carro… Pero medio minuto después empezó a caer granizo. Granizo gordo, algo más grandes que tapón de una botella de agua y caían a una velocidad que asustaban.



En un momento no se veía nada en la calle de la intensidad del granizo, bueno, y porque tenía las gafas empañadas y empapadas de agua. Me encontré en medio de la calle, sin ningún lugar cerca para refugiarnos. Sólo se me ocurrió acurrucar a las niñas y protegerlas conmigo. Irene tenía la capota del carro y encima la capota de agua, más o menos eso la protegía del impacto de los granizos que, doy fe, dolían y siguen doliendo. A Sofía la protegí debajo de mí. Yo tenía como única protección la capucha de mi abrigo, pero el viento me la quitó y yo no estaba como para soltar una mano para volver a ponérmela, así que los granizos me arrearon con fuerza en la cabeza. Me dí cuenta de que dolían mucho y no podía exponerme a que alguno de esos le cayera a las niñas, así que como pude, sin dejar que se destaparan crucé la calle y me metí en el Mercadona que hay en frente de la guarde de Irene. No fue mucho trayecto, pero lo suficiente como para pasar peligro.



Cuando llegué la gente me ayudo a entrar. Había muchos clientes en la puerta mirando la granizada y yo entré completamente empapada y con Irene berreando…. Sofía estaba flipando en colores, no comprendía porque caían esas pelotas del cielo que hacían daño, aunque casi casi estaba más feliz que otra cosa. Se ve que no le cayó ninguna y le parecía gracioso.



Un minuto después de entrar en el Mercadona dejó de granizar. Las nubes se fueron y hasta salió el sol. Siguió lloviendo un poco más débil y fue el momento que aproveché para colocar de nuevo a las peques en el carro y salir corriendo hacia casa no fuera a ser que me volviera a caer algo parecido….




Y eso fue todo…..



bestios!


almudena..

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