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Madrid, Madrid, Spain

jueves, 31 de julio de 2008

Soñar – Cuatro

Silvia entró en su despacho y Jimena se echó a temblar. Si su jefa entraba sin avisar, malo.

- Tenemos que ir a Bilbao – Dijo sin más preámbulos. – Tenemos una reunión con un cliente importante y no podemos retrasarnos más. Mañana a las 8.45 sale nuestro vuelo, preparate para pasar 3 días fuera de casa. Ah, avisa a Nacho: viene con nosotras – Añadió antes de cerrar con fuerza la puerta e irse.

Cogió el teléfono para llamar a Nacho y hablar con él en su despacho. Por un momento sintió una punzada de emoción al saber que pasarían tres días juntos, tres días con Nacho y con Silvia. Toda la emoción del momento se desvaneció e inmediatamente vino a su cabeza la imagen de Mario. A veces se le olvidaba que existía y vivía como si no tuviera novio, como si no dependiera de nadie, como si no tuviera que contar con nadie para hacer sus planes.

Cambió de opinión y antes de hablar con Nacho llamó a Mario. A veces le llamaba desde la oficina, aunque fuera una conferencia con el otro lado del charco. La verdad es que no pensó en la hora que era ni qué estaría haciendo él en esos momentos. Simplemente los dedos marcaron su número y esperó con impaciencia que él contestara. Tenía la necesidad de hablar con él, de convencerse que había algo entre ellos, algo que merecía la pena, y que pronto, no sabía cuando, pero pronto, volverían a estar juntos.

- ¿Olá? - Sonó la voz de una mujer contestando el móvil de Mario. Jimena se quedó paralizada por un momento. No supo que pensar ¿Quién era esa mujer? ¿Qué hacia contestando el telefono de su novio? - ¿Olá? ¿ Olá? – Preguntó de nuevo. Jimena no sabía portugues con lo que no supo que decir e inmediatamente, colgó.

miércoles, 30 de julio de 2008

Soñar – Tres

Un día tras otro sólo había correos eléctronicos. Estaba cansada ya de esta situciación. Hacía 6 años que Mario se había ido a Brasil con una petrolera española, en principio era poco tiempo y conseguiría mucho dinero con el que podrían comprar un piso en Madrid y casarse. Pero el tiempo pasaba y siempre le renovaban el contrato. Siempre era un año más, sólo un año más y tendremos una casa mejor. Pero lo cierto era que no volvía y ni había casa ni boda ni nada.

Se veian dos veces al año. Después de muchas vueltas comprendieron que la mejor manera de aprovechar el tiempo juntos y el dinero de los vuelos era que ella cogiera todas sus vacaciones en agosto y volara hasta Brasil y el venía otro mes para Navidades y asi podía pasar las fiestas también con su familia. El problema era que siempre uno de los dos trabajaba, y por mucho que estuvieran juntos no era lo mismo.

Hacía un par de meses que Mario había vuelto de su viaje y aún faltaba mucho para que Jimena fuera para allá. La situación la superaba y aunque ella intentaba luchar contra los sentimientos que crecían día a día hacía Nacho, comprendía que algo ocurría en su relación. Algo que sería difícil de superar.

Por otro lado, la diferencia horaria entre Brasil y España hacia difíciles las comunicaciones pues cuando uno estaba despierto el otro dormía.

martes, 29 de julio de 2008

Soñar - Dos

Llegó a la oficina cansada e intentó ir directamente a su despacho sin que nada ni nadie interrumpiera su camino. Agachó la cabeza y caminó rápido pero llegando a su puerta tropezo con Nacho. Lentamente levantó la cabeza hasta mirar directamente sus ojos. Recordó de golpe todo su sueño, recordó cada caricia, cada abrazo que Nacho le dió y deseó poder hundirse en su pecho y recibir un abrazo tan intenso como el que sintió por la noche. En sus sueños solo había contacto físico, realmente no había sexo ni nada que se pareciese, solo abrazos y ella le tocaba mucho con sus manos, como para asegurarse que él estaba allí.

-¿Estas bien? - Preguntó Nacho al verla un poco tensa.

-Sí, sí, solo un poco cansada - Contestó Jimena entrando directamente en su despacho.

Cerró la puerta y se apoyó en ella suspirando. Por un momento estuvo a punto de hundirse en sus brazos, de tomarle las manos y besarle.

Respiró hondo y se sentó en su silla, pensando que lo mejor era trabajar y distraerse.
Encendió el pc y descargó el correo, 1, 2, ...16 correos. 7 de ellos de Mario. Cerró los ojos un momento y trató de centrarse. Mario era su novio, lo mejor que podía hacer era leer sus correos y contestarle, así era como mantenían su relación de manera económica, así y con la webcam desde casa. Una maravilla, vamos.

lunes, 28 de julio de 2008

Soñar - Uno

Despertó en medio de la noche con un nudo en el estomago. Se sentó en la cama y lentamente fue recordando el sueño que tan súbitamente le había despertado. Una amargura enorme recorrió su cuerpo como instantes antes había soñado que su mano recorría su cintura. Había sido un sueño tan real que creía recordar hasta su olor. Fue a la nevera a beber un trago de agua fría que le devolvió a la realidad. Allí estaba ella, sola, soñando con él. Soñando, sólo soñando.

Volvió a la cama deseando, sin querer reconocerlo, volver a tener un sueño tan real como aquel. Un sueño en el que, al menos soñando, pudiera decirle todo lo que sentía por él y en el que, por supuesto, él la correspondiera.

Cuando sonó el despertador intentó recordar algo pero no había habido suerte, en la segunda parte de la noche no soñó nada. Se levantó para darse una ducha y miró de reojo la foto de Mario, su novio, que estaba trabajando en Brasil. Su ausencia estaba haciendo mella en su relación pero ella no quería darse por vencida, por más que sabía que sus sentimientos hacia Nacho, su compañero de trabajo, crecían día a día. Trataba de no pensar en él, de no tener más trato que el justo, de no hacerse amiga suya. Pero cuando llegaba a su casa solo podía pensar en él y en sus sueños: él la hablaba, le acariciaba, le cogía las manos, la besaba de tal manera que no podía y no quería resistirse.