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viernes, 10 de octubre de 2008

El dia en que me pille un dedo con las escaleras mecanicas de Galerias Preciados.

Hola Amiguitos,

Hoy voy a contaros la fantástica historia que me sucedió un día cuando yo tendría mas o menos 5 añitos. Era invierno y mi familia y yo habíamos salido a pasar la tarde del sábado a Galerías Preciados, que aun existían. Mis padres iban atentos de mis dos hermanos y de mí, pero... un niño siempre es mas rápido que un adulto....

En un momento dado estábamos bajando unas escaleras mecánicas y yo iba bien agarradita a mi papá con una mano y la otra mano la llevaba sobre la cinta de la escalera. Empecé a pensar (yo aún no tenía muy desarrollada esa parte y pensar, pensar, pues no debí pensarlo muy bien....) el caso es que empecé a darle vueltas a la cinta donde se apoyan las manos. Que si no para de dar vueltas. Que si llega al final y se mete por debajo y luego sale por el otro lado. Que si qué pasaría si no me suelto. Así que decidí que cuando llegáramos abajo yo no separaría mi mano de la cinta y a ver qué pasaba. He de decir que las escaleras antiguas tenían más cerca el lugar por donde se guarda la cinta, no son como las de ahora que la cinta se mete por el suelo. No me acuerdo muy bien cómo eran, pero el caso es que cuando quise darme cuenta tenia mi mano dentro del lugar donde se recoge la cinta. Mi padre siguió andando y al ver que mi mano se tensaba con la suya y yo no avanzaba con él se dio la vuelta y me vio con una mano dentro de la escalera....

Mi padre ni corto ni perezoso agarro la capucha de mi abrigo (que por eso se que era invierno) y pego un tirón patrás liberando mi dedo de la escalera maligna que se quería comer mi mano. Inmediatamente cogió su pañuelo (el típico pañuelito de tela con la inicial bordada que ahora se ha sustituido por clinex) envolvió mi dedo en él y nos fuimos corriendo a buscar el servicio médico del centro.

Yo no lo sabía pero resulta que en todos los centros comerciales debe de haber un médico... Bueno, en este lo había.

Me vio la herida, me la desinfectó, me la curó y me la vendó. Me dijo, bueno, a mi no, a mis padres, que la escalera me había arrancado la uña de mala manera y que ahora necesitaba mucha higiene y que además me iba a doler como no esta escrito. Que tenían que cambiar la venda cada cierto tiempo para limpiar la herida y que poco a poco empezaría a crecer la nueva uña.

Y nos fuimos pa casa. Yo como siempre iba con la cabeza gacha, sin decir una palabra y sin soltar una sola lágrima, pensando en la charla que me iba a caer por ir haciendo tonterías, quería pasar lo mas desapercibida posible, no fuera que encima me llevara una torta.....

Bueno, los siguientes días fueron un infierno. Mi madre trataba de cambiarme la venda regularmente pero ésta se quedaba pegada a la parte donde debería haber uña y quitarla era todo un sacrificio, dolía mas que la cera..... Pero con mucha paciencia y cuidado por parte de mi madre y muchos gritos y llantos por parte mía al final la herida se curó, y me salió una nueva uña. Y ahora tengo una pequeña cicatriz que me recuerda lo trasto que era de pequeña....

Y eso es todo!

besitos!
almudena..

1 comentario:

Miriam dijo...

JOOO,

Que dolor mas grande me ha entrado en la uña cuando te he leido....
Que mal lo tuviste que pasar!!!
a que ya no se te ocurre ver que pasa en las cintas mecanicas una vez terminada la escalera, eh???jejeje

Bueno, de todo se aprende en esta vida no te preocupes, y ya sabes que los niños son de goma y nunca les pasa de nada...creeme...jejeje


Besitos

miriam