A su regreso, exahusta, se derrumbó sobre la arena. La marea estaba comenzando a subir y el Sol estaba bastante alto. El esfuerzo y el calor la incitaban a darse un chapuzón.
Se descalzó y dejó que sus pies se mojaran con las suaves olas que llegaban a la orilla. Dio un paso y dudó si continuar ya que no llevaba bañador, quizá debía subir a casa y cambiarse pero decidió quedarse ¿qué más daba como se bañara? Allí no habia nadie, incluso podria bañarse desnuda.
El pudor hizo que se metiese con el top y las mallas que utilizó para entrenar. Cerró los ojos y se sumergió. Estuvo bajo el agua, buceando, hasta que no pudo más y salió a la superficie tomando una gran bocanada de aire. A continuación nadó hacia el horizonte hasta un lugar en el que su madre la hubiera gritado para que volviese. Regresó despacio hacia la orilla, saboreando el mar e intentando ser solo uno con el oceano. Si un genio la hubiese concedido un solo deseo no lo hubiera dudado un momento: ser sirena.Al salir del agua algo en el fondo se le clavó en el pie. Pensó en una roca pero tenía un tacto redondeado. Se agachó para examinarlo y lo que extrajo de entre la arena le sorprendió.
Habia encontrado un mensaje en una botella...
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